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 A comer gallina 

Realizado por : Viviana Huertas 

Es un domingo común en la ciudad de Bogotá, 10 de la mañana, el sol hace presencia en la capital y como es costumbre, las familias salen a disfrutar del día de descanso; como decía mi abuelita “El domingo no se hace nada, ni siquiera poner la olla”. 

 Las familias se colocan la pinta dominguera, escogen el plan a realizar, unos van al parque a jugar con hijos, esposos, etc; otros buscan la comodidad en un centro comercial para disfrutar del cine y las palomitas, pero sin duda uno de los lugares más frecuentados por los bogotanos el fin de semana son los “Piqueteaderos”. A comer fritanga, pelanga que contienen el chorizo, la rellena, la morcilla, chicarrón, la papita criolla y lo que no puede faltar la “gallina” todos esos manjares que hacen a más de uno “botar la baba”.

Por donde vaya, usted encontrará estos sitios que se fueron popularizando por la gente que busca comer la grasita, el olor hace que usted sin querer quiera saber de qué se trata “Y es que huele tan bueno”

Mi recomendado para ustedes los lectores de la Cuchara Rola es 'A COMER GALLINA DONDE DOÑA NIEVES', una tradición familiar que lleva más de 70 años. La dueña del aviso murió hace 15 años, pero fue la responsable de popularizar la gallina criolla en Bogotá. Su hijo, Guillermo Benavides, cuenta que Doña Nieves empezó con el negocio en una pequeña tienda de la calle 61 con carrera 9, en el sector de Chapinero.

“El papá del ‘Chiqui García, un amigo de ella, le propuso en un día lluvioso, que vendiera unas gallinas con papa, que probara a ver cómo le iba”, cuenta nostálgico el hijo menor de Nieves y quien actualmente es el administrador, el encargado de revisar que la gallina cumpla con los requisitos para hacer vendida.

Fue tanto el éxito del plato, que las gallinas de Nieves Ballén hicieron fama en esa esquina. Luego, la señora decidió instalarse en la calle 65, creando una técnica única de la gallina asada al carbón, envuelta en hojas de plátano y acompañada por papas yuca, plátano maduro y arepa boyacense.

El negocio daba frutos “Mi madre le metió alma y corazón para sacar este lugar adelante”. Pronto empezó a llegar nueva clientela; ya se habla de oficinistas, de pedidos a domicilio, gente que por un día abandonaba los prejuicios de comer con cubiertos y se daba el gusto de coger a dos manos la presa y untar el ají a la papa criolla o salada.

Marina, una de las quince meseras del restaurante, relata que atienda con alguna frecuencia a la conocida actriz Vicky Hernández. Uno de los clientes más asiduos era el vicepresidente Angelino Garzón.Él venía mucho cuando era Ministro de Trabajo. Pedía una gallina y otra para sus escoltas. Lo recordamos mucho”.

Venga y pruebe déjese llevar por los sabores que lo transportan al pasado, a la tierrita, para ser atendido por la cuarta generación de la familia de la Señora Nieves que no ha dejado perder la tradición familiar.

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